jueves, 2 de mayo de 2013

Mi primera reflexión en voz alta.



Mi primera reflexión (como no podía ser de otra manera) tiene que ver con el origen, con la vida, con cómo vivimos cada uno nuestra vida.
Sin querer parecer psicólogo (nada más lejos de mi intención) quiero compartir mis sensaciones y mi forma de entender mi existencia con todos los lectores, esperando que entre todos, logremos una vida mejor y más placentera para nuestra comunidad...

Lo primero que he de decir es que, creo, que cada uno le damos a nuestra vida el sentido que queremos, cada uno le elegimos un rumbo, un destino. Ésto nos hace felices cuando cumplimos dichos objetivos, por ejemplo: si mi objetivo en la vida es ayudar al prójimo, cada vez que hago algo por los demás, mi vida cobra un sentido idílico que me reconforta; por otro lado, si mi rumbo de vida es fastidiar al mundo, cada vez que hago daño a alguien, siento felicidad.

Pero no sólo existen dos caminos que elegir, hay millones de rumbos y cada uno escoge el camino que le apetece, para encontrar la felicidad; a algunos les hace felices escalar montañas, a otros lograr la fama, a otros conseguir millones de euros e incluso, hay personas que les hace feliz ser político...Ésto que parece muy simple, entraña un complejo entramado de decisiones a lo largo de nuestra existencia en las que, habrá veces que nuestro rumbo se encaminará a la búsqueda de placer y veces, en las que variará y nuestro destino, se verá más encaminado a la búsqueda de un sentido más ético, moral o espiritual para nuestra vida.

Ante este prólogo me gustaría que todos hiciéramos un acto te reflexión, que nos hiciéramos algunas preguntas…¿Por qué vivo? ¿Qué rumbo le doy a mi vida? ¿Estoy haciendo lo que me hace feliz?...

Ayer fue 1 de mayo un día bastante significativo dada la mala situación laboral en la que nos encontramos. Fui testigo de una confrontación social entre personas en búsqueda de empleo y representantes sindicales. Todos los días vemos imágenes de manifestaciones y escarches contra nuestros gobernantes; incluso a nivel municipal, es palpable la latente confrontación entre los diferentes grupos políticos....

Todo ésto, no creo que sean rumbos acertados; no dudo que hagan felices a corto plazo a las personas que llevan a cabo dichas acciones, pero...¿Nos conduce a algo positivo?...¿Es ésta, la forma de buscar soluciones?...¿Es éste el ejemplo que queremos dar a nuestros hijos?...¡De nada sirve echar la culpa a los demás y mucho menos, emplear la fuerza! ¡Nada soluciona y siempre podemos encontrar alguien que emplee la fuerza con más contundencia que nosotros!...

Personalmente considero que éste, no es el rumbo que daría a mi vida. Debemos intentar vivir en paz y armonía, buscar soluciones conjuntas y aunar esfuerzos, para salir de esta situación tan desagradable en la que nos encontramos, donde además de la crisis institucional, económica y política en la que nos vemos inmersos, la falta de conciencia y valores nos está llevando a una profunda crisis social, a una crisis de la persona que nos lleva irremediablemente a un bucle, que nos conduce a la nada y a nadie beneficia. Ofrezcamos una actitud personal positiva, fortalezcamos un debate cultural para alcanzar un mundo mejor para generaciones venideras. Sí la crisis está en la persona, la solución también ha de estar en la persona. Actuemos pensando en un bien común, llevemos a la práctica aquella máxima cristiana adoptada más tarde por los ecologistas... Actuemos en individual pensando en el colectivo... hagamos florecer valores que nos conviertan en una comunidad afortunada, valores como el esfuerzo, el trabajo la honestidad, la bondad, el compañerismo, el respeto, la solidaridad, el amor...

Escuchemos las opiniones de los demás sobre nosotros, sobre la imagen que transmitimos, inyectemos dosis crecientes de humanismo en nuestras acciones y lograremos encontrar un maravilloso rumbo de vida para nosotros y para todos.

-¿Estás de acuerdo?...¿tienes otra opinión?...
- ¡Habla, te escucho!..